“Perpetuum Môbile”
Con el albor me hago gozo,
Y al cuerpo dolorido
Le alegra el colorido
Que llena de vino el pozo.
Rabia queda en el alma,
Manos con grilletes
Sujetando el estilete,
Que no sajó la “calma”.
Mis pasos se alejan de mí
Esclavos del pensamiento:
De tanto mirar por dentro,
Ojos ciegos sin dormir.
Senderos cárdenos de fuego,
¿Vesania, delirio?, tal vez,
Inquietud, ¡vaya juez!,
Infancia, desde luego.
Y, aún así, me veo nacer,
Sigo creyendo en la verdad,
Me condeno al atardecer
Pero el alba llega puntual.
Eterno retorno del corazón,
Candidez en la esperanza,
Ropa sucia de labranza
Que se limpia con la razón.
Pero la retoza es tan tierna,
No hay maldad, ni se concibe,
Y, aún pudiendo, no recibe
Y renuncia a la galerna.
La pluma dice: ¡basta!,
No puedo escribir, amigo,
No quiero sentir mi ombligo,
¡Ni renegar de mi casta!
JSP - 2007
tormenta transitoria
ResponderEliminaren las entrañas sin memoria
que todo lo graban y escuecen
Más la transición se hace eterna, y, por otro lado, necesaria para no titubear ante la inextricable mano que señala tu destino. Un abrazo, Susi.
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