Naturalmente... ¡Evolucionamos!

Film-Documental  "Océanos"

Juan Sánchez.

Vivimos un trepidante cambio social. Los acontecimientos se precipitan casi sin posibilidad de asimilarlos. La sociedad se estremece sin llegar a entender qué narices está pasando. El miedo campa junto a la revolución por las plazas de la nación. El mundo tal y como lo conocemos se está yendo al carajo y no sabemos donde asir nuestra realidad para que la metamorfosis tenga algo de sentido. Andamos perdidos de un mundo obsoleto y muy viejo, plagado de egoísmo...

Mientras la práctica totalidad de la nación se deshace en insultos y nauseas ante tanta corrupción política, sus señorías, allí en su hemicíclica superchería, siguen ajenas a la bulliciosa revolución en la calle. Es como si nuestros políticos blindarán sus reflexiones en una caja de caudales, a la actualidad me remito, y su respuesta ante la rabia del pueblo se solucionara ignorando al pueblo. Como si se pudiera engañar al ciudadano a perpetuidad en un teatrillo político sin público a excepción de ellos mismos. Comediantes que se recrean ante el espejo y se relamen de lo cojonudamente que se lo están montando. Y en las calles, en el callejón de entrada de los artistas, en la puerta principal del teatro, en los barrios y ciudades que circundan su política demencial, una infinitud de seres humanos dan una lección sublime de cómo serían, y serán, las cosas con un mínimo de sentido común. Y ellos, fieles a su arrobadora ceguera, ignoran esa fuerza inmensa que mana desde la democracia misma, y se dedican a los menesteres de siempre: distraer, engañar, pisotear, ningunear, explotar y masacrar a esta gente primordial: sustento de la nación: ¡el pueblo!

¿En qué galaxia viven estos señores/as, o lo que sean? Aún no han entendido que la ciudadanía no quiere seguir su camino. Aún no aceptan que las cosas están cambiando y que somos los ciudadanos, soberanos de nuestra patria y nuestro destino, quienes vamos a decidir lo mejor para nosotros mismos. Aún no caen del guindo de su inoperancia borriquera y se doblegan al clamor y el rechazo popular. Peor para ellos/as. Muchísimo peor, pues ellos/as también son ciudadanos, con mucho paro y reparo, pero ciudadanos de pleno derecho, y arremeten, por cerriles-serviles cojones, contra la voluntad de un pueblo al completo, digan lo que digan sus elecciones tan ‘tétricamente’ encajonadas, sus encuestas tan astutamente cuadriculadas, o sus campañas de alicatado y abrillantado del puro negocio político donde repartir lo mucho que 'distraen' al ciudadano. Aún no encuentran el sentido de su responsabilidad, y siguen utilizando los posibles públicos para favorecer intereses muy privados. Y desecan la vida de una nación en beneficio de aquellos moribundos del sistema: esos enanos humanos: el cancerígeno capital en su entumecido pasado. No pueden ver el cambio. No quieren ver el cambio. No aceptan el cambio. Pero el cambio ha de dar buena cuenta de ellos. Es imparable. Es el futuro, o no habrá futuro. Simplemente, ¡evolucionamos!...

Saludos para casi tod@s.