Contaba un servidor la dulce edad de ocho añitos de pura fantasía, cuando un amigo recién estrenado, habitante de una especie de ‘enigmático castillo’, a la vuelta de mi calle, puso en mis manos aquel tan atrayente como ajado tesoro de la literatura infantil. Ávidos, como siempre andábamos de vivir en vida propia las aventuras de aquellos héroes de comics y tebeos de la época, fue para mi una novedosa experiencia acariciar aquel libraco de pastas duras y tamaño aumentado, puesto a mi recaudo y salvaguarda, cual oculto tesoro del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo, por aquel excéntrico colega del caserón encantado…
Recuerdo que literalmente devoré aquel relato, del tirón, sin casi respirar, con el corazón dando brincos en cada nueva aventura, nueva empresa, nuevo misterio, todo dentro de un solo y grandioso misterio resuelto, como solo la imaginación infantil podría concluirlo, por aquel muchacho de mechón rubio erizado y perrito blanco, travieso, vivaracho, inteligente y siempre al servicio de su camarada humano. Sin olvidar al viejo gruñón, curtido lobo de mar con gorra y chaqueta de paño marinero, con sus improperios y escupitajos verbales que rompían la tensión en los momentos más difíciles del relato. Y todos los demás implicados en aquel grandísimo jeroglífico por resolver, llamado: “El secreto del unicornio”…
“Espero que disfrutéis como críos con esta maravillosa búsqueda del tesoro más preciado del hombre: La imaginación. Y, si podéis haceros con la versión original en papel, no dudéis en ofrecerla a vuestros hijos como la mejor aventura pasada, por los que hace algunos años fuimos igualmente niños”
Habrá que ponerse a resolver el jeroglífico, pues. Muy a tener en cuenta. La imaginación al poder!
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Uy...querido amigo, ¿no se trata de una persecución para hallar el lugar donde finalmente descansa "El Unicornio", un navío hundido que puede contener la clave de una cuantiosa fortuna, o un secreto explosivo, o una antigua maldición?
ResponderEliminarAlgo de esto me han contado de niña, pero de verdad, no lo recuerdo con demasiada exactitud, creo que los niños, ponen más interes en este tipo de aventuras que las niñas.
A echarle imaginación...
Un abrazo.
Garcibañez:
ResponderEliminarSegún publicitan en los medios, esta novedosa versión del clásico de Tintín, va a causar estupefacción entre los espectadores. Aunque para mi, siempre será mejor con diferencia aquella que tuve entre mis manos y mis ojos voraces, hace algunos añitos, quizá demasiados.
Nunca viene mal refrescar ese extraordinario mecanismo de ser humano, llamado imaginación. Y es cierto, aquella máxima del mayo francés, 'La imaginación a poder', talvez podría solucionar algunos, muchos, casi todos los problemas que aquejan a esta decrépita sociedad de "viejos y rancios" hombres, demasiado convencionales, demasiado formales, o informales, demasiado gilipuertas renegados de su niñez.
Un abrazo.
Lore:
ResponderEliminarUna de mis frases preferidas, tanto de la infancia como de mi presunta madurez, es: "La aventura es la aventura". Y creo que la aventura no entiende de géneros ni de edades. Quizá en las edades se lo toma con más constancia. Pero al fin, asumir la grandiosa responsabilidad hacia tus camaradas de aventuras infantiles de no ser una gallina y echarte atrás, es el juramento más dulce que jamás haya pronunciado un ser humano. ¿No crees?...
En cuanto a la trama del "Secreto de unicornio", no será esta boca sellada por el propio misterio, quien haya de revelar aquello que de niño juré no descubrir jamás. Así pues, si te apetece conocer, vivir, sufrir, desvelar los misterios del enigmático galeón... habrás de leer el relato, o, como buen sucedáneo virtual, creo, ver la peli... Mi boca está sellada, y siempre lo estará.... je, je, je
Abrazos.