Desconfía el color
en la catacumba del ayer.
Brilla, rutila un rubí vertical,
enjoya, salmodia el río
de ligerezas, y miradas
que nada esconden,
salvo de certezas.
Ojos acuchillados,
destripados cual cordero
Mondaduras del corazón,
sin arena por filtrar,
al descubierto, en realidad.
Piedra roja descifrada, oculta
entre legiones desmaquilladas,
decolorado disfraz,
pútrido fingi-miento.
Desconfía del color, ¡sí!
y germina en la sombra
una solaz posibilidad:
centella reciente, ¡visibilidad!
Mar en rojo rubí, dislocación,
oleaje sin espumarajo,
sin ventresca codiciada.
‘Elenin’ en alineación
en la fragua de un dios menor;
cuantos hados podrán, sabrán
de la ensoñación, del cantar
para la justicia, revelación.
Piélagos de rojo rubí…
o, simplemente, ¡certeza!
Juan Sánchez – 25-10-2011
Color es presente, es hoy, es certeza.
ResponderEliminarGarcibañez:
ResponderEliminarOjala lleves razón, y nunca se apague, en la cenicienta mortaja de la incertidumbre, el rutilar de ese rojo rubí... Gracias... Saludos.
Ojalá que todo lo que puede esconderse siempre sea una certeza. Pero opino que siempre son mejor poniéndolas a la vista :)
ResponderEliminarBeso, juan, que hace siglos que no hablamos.
Toñi:
ResponderEliminarComo dice esa plegaria Inca:
"Que la solapa de tu manual de instrucciones, anuncie siempre tus verdaderas intenciones"...
A ver si coincidimos y charlamos un buen rato...Besos, Toñi.
Poema inquietante, profundo y hermoso, como una catacumba. Un cordial saludo, Juanito.
ResponderEliminarGracias por tu participación, Iván, un fuerte abrazo.
ResponderEliminar