miércoles, 31 de agosto de 2011

MENTES CRIMINALES


Juan Sánchez.
En una sociedad aborregada, manipulada y controlada hasta en sus más nimias apuestas de supervivencia, ¿cómo pretendemos que surjan posibilidades alternativas a esta realidad de esclavos de la mercadería de vidas humanas?
Y no os quepa la menor duda, somos borregos controlados, sembrados sobre la faz del planeta, para producir, sudar la gota gorda como morcillas y consumir lo producido, previamente encarecido a la máxima tasa ‘justificable’ y políticamente correcta para hacer el negocio a los ‘mercaderes’.
Existen circunstancias más llevaderas, y otras se niegan a ser ‘domadas’ por la cotidianeidad. Se obturan en la mente y llegan a agotar al más versado en paciencia y comprensión. No se puede luchar eternamente contra la corriente. El tiempo no nos hace más sabios, nos hace más viejos, y punto. Y te agotas. Merma tus fuerzas luchar contra los mismos ídolos de barro, una y otra vez. Año tras año. Siempre la misma cerrazón e ignorancia que cercena desde sus carencias la posibilidad de salir de este balsón de mierda, llamado sociedad de consumo y progreso. ¡Ja! Ya me engañaste, Burt Lancaster. Y a otra cosa mariposa, caprichosa, melindrosa, mentirosa. Te vi venir desde hace tiempo...
Mentes criminales son aquellas que se valen de la debilidad ajena para, usurpando su libertad de elección, condicionando mediante el vulgar chantaje de la economía, utilizando las armas de terror social inherentes al estado, obviando la soberanía de los ciudadanos, usar dicha debilidad para enriquecerse a costa del miedo. Miedo insuflado, instaurado en la simplona mentalidad social dominante, fomentada por la anulación y el embrutecimiento de la ‘masa’, a base de alimentar sus egos con la rivalidad, el individualismo y la feroz competencia por sobresalir a sus iguales.
Mentes atarugadas y obtusas, enfocadas hacia idénticos logros que, una vez colmados, saboreados y obsoletos, abocan indefectiblemente en mayores retos de diseño y esclavitud social. Una escalera de progreso que nos precipita hacia el abismo de no vivir más que por y para producir, pero sin vivir.
Mentes con freno y marcha atrás, en el momento de exigir, de modo pacifico o convulso, una regeneración de la clase gobernante, gobernada a su vez por los ‘mercaderes’ y el capital. Revoluciones controladas, organizadas y dirigidas por los mismos mercaderes para liberar ‘presión’ social y poder seguir llevando las riendas del cotarro. Y descojonarse de la risa en los mismos morros de aquellos que se proclaman ‘revolucionarios’, sabiendo que incluso una revolución necesita del capital para financiarse y  ejecutarse con un mínimo de garantías de éxito. Y aquí te pillo, aquí te mato. Financiados y financieros, en una connivencia en paz y guiños de armónica prostitución, con caja de preservativos extra-lubricados incluida en el trato, para deglutir mucho mejor el ‘mal trago’ de aquellos libertadores de la irresoluta libertad.
Todo cambia y todo permanece igual, solo es cuestión de tiempo. Dar tiempo al tiempo y observar la realidad con siglos de distancia. Las estructuras no son férreas ni inamovibles, se doblan sobre si mismas en un canibalismo extenuante que acaba por derrocarlas. Siempre hay salida, aunque sea una salida ‘ilógica’, o eso pensamos. La lógica es tan relativa como las conclusiones y premisas que trata de demostrar. Pero el dolor no es relativo, ni lógico, es solo dolor y punto. Grados de dolor y sufrimiento. Grados de moralidad y solidaridad inscritos y certificados en el asiento de un libro de contabilidad. Nada más. Números negros sobre verde corruptor y corrompido por el mercado. Eso somos. No os llevéis a engaño, esta es la realidad que nos ha tocado vivir. Y punto… y un limón, por si falta ‘acidez’ en el artículo.
Saludos para casi tod@s.

2 comentarios:

  1. Una visión muy cruda y lapidaria. Yo sigo preservando mi rinconcito de esperanza y solidaridad.

    Saludos.

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  2. Neo:
    Agota tanta lucha sin cosecha. Consume tanto sueño insomne, petrificado, recubierto de ocaso y dolor. Quema el hielo en los corazones sin justificante de la negación. Y todo eso, en el momento menos oportuno de la vida... ¿Solidaridad? ¡Siempre!... ¿Esperanza?...con la relativa frecuencia de un ave migratoria enjaulada. Saludos. Mil gracias.

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Muchas gracias. JSP 3.0

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