Nací en el seno de una humilde familia católica, como casi todos en este país. Con los años y visto lo vivido, y sin dejar de lado mi educación en un colegio ¿religioso?, cuna de rebeldes, inconformistas y anticlericales, ¿por qué será?, mi fe en la iglesia católica y en las demás iglesias y religiones, se ha ido diluyendo al mismo ritmo que sus herejías hacia la especie humana han ido creciendo por toda la faz del planeta.
Mi mente racional es incapaz de asimilar las directrices de una religión que aconseja a sus fieles en contra de una mínima coherencia con la realidad que soportan y sufren, y les sacrifica como polillas en el fuego de las vanidades y la cerrazón más demencial. Y solo por el azaroso y desgraciado hecho de que un libraco de las narices -me da igual el libraco que sea: Biblia, Corán, Torá, etc- revela unas normas a seguir por los adeptos a esa causa de los infiernos. Pues diabólicos necios son aquellos que imponen esas ‘supremas’ enseñanzas, al margen y en contra de una realidad que aborrece esas falsas lecciones. Todo es relativo, todo es susceptible de ser modificado y reconvertido para una mayor eficacia contra el dolor y el sufrimiento del ser humano.
Me extraña muy mucho esa máxima que nos persigue desde tiempos inmemoriales, que reza, por rezar algo absurdo, “Doctores tiene la iglesia”. Pero hay otra que se da de guantazos con la primera, “Con la iglesia hemos topado”. En una posición intermedia podría estar la certeza y la realidad de esta cada vez más sectaria forma de entender la existencia humana. Si realmente son tan doctos y tan poderosos, flaco entendimiento hacen de esos privilegios, esas posibilidades de hacer el bien en nombre de dios, por y para sus feligreses.
Llegados a este punto, he de aglutinar todas la religiones ‘Teístas’ de este terruño estelar, en el mismo saco de inmundicia, prepotencia y demencia irresponsable, sin hacer distinciones de cantidad o claridad de sus adeptos, fanáticos o incondicionales de la violencia y la destrucción moral en nombre de sus creencias. Cada una con sus pasadas, presentes, injustificables y bárbaras cruzadas. Un mundo históricamente enfrentado y separado por el mismo ‘creador’ (Así reza la canción de Nacho Cano: Un mundo separado por el mismo dios)
Llegados a este punto, he de aglutinar todas la religiones ‘Teístas’ de este terruño estelar, en el mismo saco de inmundicia, prepotencia y demencia irresponsable, sin hacer distinciones de cantidad o claridad de sus adeptos, fanáticos o incondicionales de la violencia y la destrucción moral en nombre de sus creencias. Cada una con sus pasadas, presentes, injustificables y bárbaras cruzadas. Un mundo históricamente enfrentado y separado por el mismo ‘creador’ (Así reza la canción de Nacho Cano: Un mundo separado por el mismo dios)
Poder y control, miedo y sufrimiento. Estas son las herramientas de toda religión. Controlar a sus fieles mediante el miedo a la perdición eterna y adquirir el poder que les confiere una supuesta salvación. Sus argumentos de represión y de asalto al control social y, por tanto, económico, y viceversa, no son otros que el pavor como arma de sumisión y el placer como símbolo de depravación terrenal, incompatible con la aceptación del propio dolor como única vía de salvación. Es aquí donde entran en juego esos maestros guías del camino de la ‘luz’: sacerdotes, imanes, rabinos, místicos, santos y mártires, maestros espirituales, apóstoles, profetas y el resto de actores mortales erigidos en semidioses, cual faros de almas perdidas en la oscuridad de sus propios criterios y libertades sin corromper y domeñar.
Pues creo yo, que a esta altura de la película, debemos ser capaces de asumir nuestra realidad sin necesidad de rancios argumentos celestiales, que hacen aguas por todos los bandos (Sectas) en juego. Creo que somos lo suficientemente maduros como seres civilizados, para saber donde están los límites no franqueables, donde acaba la humanidad y comienza el reino de la bestia. Esa bestia que trata de poseerlo, atesorarlo y corromperlo todo, sin importar nada que no sea la bestia en si misma. Todos sabemos su nombre, creo. Para los más despistados daré una pista: ‘La bestia es un número’ -y no precisamente el 666-. Es el número de los números, que masacran seres humanos por codicia, avaricia, amoralidad y ‘coherencia’ con los resultados: balances y beneficios de aquellos animales –bestias- que controlan mediante el miedo y el poder económico cada vida de este planeta. A esas alimañas les importa un pijo el Nirvana o las enseñanzas de Jesús, Mahoma, Yahvé, Buda, Tao, Confucio, Hare Christna, Amón Ra, Manitú, o la madre que los inventó a todos juntos. Incluso las batallas de mi abuelo, que hizo una guerra para nada, en este país de meapilas y beatos, enganchados al lagrimeo de agua bendita, golpe de pecho y patada en los riñones al incómodo pordiosero.
El “hombre de blanco” ha estado en Madrid. Pues sabéis lo que os digo, que ha perdido la mayor oportunidad que se ha presentado en la historia para un líder mundial, de aunar esfuerzos, criterios, metas e ideales de esta juventud extraviada de la realidad y del mañana. Que sus palabras crean dolorosos cismas en la esperanza del mundo. Que esas afirmaciones contravienen destructivamente las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Que no se puede predicar la separación, la cerrazón y el enfrentamiento. Que se puede vivir como seguidor de Cristo sin pertenecer a su cuestionable iglesia. Que hace un gran mal a los jóvenes sectorizando sus criterios y fomentando el enfrentamiento y el fanatismo contra sus compañeros de generación y de futuro. Que se predica con el ejemplo. Que esos millones de euros que ha costado ese tour de promoción ecuménica y económica del negociete llamadoiglesia católica apostólica y romana, hubieran venido como agua del cielo a infinidad de ONG mundiales para erradicar un poco del dolor y la miseria de este mundo. Que con un mínimo de cordura y responsabilidad cristiana, hubiera “sugerido” al infra-normal de nuestro presidente Zapatiesta que destinara lo mismo que destina a rescatar una entidad de buitres banqueros, para socorrer a esos millones de niños que mueren y van a seguir muriendo de hambre en el cuerno de África, por ejemplo…
Ejemplo que ha quedado velado, contrahecho y corrompido por el insolidario espectáculo que nos ha brindado este tenebroso nazareno, ¡vestido de blanco!
Saludos para tod@s.
Totalmente de acuerdo contigo Juan,y punto por punto, no se puede hacer mejor.
ResponderEliminarDesde tiempos antiguos se ha tomado el nombre de Dios en vano, desde tiempos de antaño Dios ha sido la bandera que muchos toman para justificar sus actos, irónicamente vieron que funcionó y tan funcionó provocar las peores bajezas en nombre de Dios (usurpando así su nombre) que se llegó a institucionalizar para ganar poder.
¿Nos preguntamos porque prohiben tan rotundamente el sexo (y todo lo relacionado con ello)?
¿Por qué critica tan duramente los avances de la ciencia?
¿Por qué tacha de herejía la meditación?
¿Desde cuando unos pocos hombres son los "portavoces" de Dios?
Y esto para mí es una nueva forma de Inquisición,y terrorismo para la mente y el alma.
Y si de verdad son cristianos porque en vez de juntarse para alabar al representante de Jesucristo en la Tierra y hacer un derroche semejante,porque no utilizan ese dinero y esfuerzo en Somalia. Y que conste que son dineros aportados por "todos nosotros"....
Creo que ya me vale ¿no?
Un abrazo Juan y tú sigue adelante siempre.
Todo fanatismo conlleva al sacrificio de sus fanáticos. He ahí la prueba de su despropósito.
ResponderEliminarSaludos.
Ya sabes que suscribo todo cuanto dices y casi por las mismas razones, (colegio de religioso incluido). Sólo un levísimo matiz. El libro (Biblia, Corán Torá, etc) como tal, no supone nada si quien lo usa no lo usa como se usan las bombas; pero es que casi siempre lo han usado aderezado con bombas (lésae ondas, espadas, fusiles, etc...)
ResponderEliminarNeo:
ResponderEliminarTus sabias palabras encierran un posible consuelo para aquellos que sufren. Pero son tantos los que sufren, tantos los que son ninguneados y utilizados para conveniencia de unos pocos, tantos los olvidados por esta extraña 'fe'. Quizá así sea, el fanatismo acaba por devorarse a si mismo. Pero, en este caso, ya está tardando demasiado.
Gracias por tu aportación. Un abrazo.
Armando:
ResponderEliminarQué años aquellos arrodillados ante el prefecto del colegio, haciendo recuento de nuestros graves pecados de onceañeros, y sintiendo que el peso de la desgracia humana recaía en nuestras faltas contra las enseñanzas de Cristo... En fin, llevas razón en lo de las 'sagradas' escrituras. También sabrás que tales escrituras fueron 'montadas' muchos siglos después de la muerte de Cristo. Montaje que se consensuó entre la ya cuasi estructurada curia de Roma. Aún así, dichos legajos incluyen muchos parajes reveladores y lecciones de aplicación útil para los seres humanos. Otros pasajes, convendrás conmigo en ello, fueron el resultado de un exhaustivo estudio de ingeniería y dominación social, a conveniencia del poder de aquella incipiente iglesia. Incluso, no sabemos con certeza si los famosos evangelios, los cuatro oficiales de la iglesia, fueron realmente escritos por esos autores santos. De todas maneras llevas razón, una bomba en si misma no mata si no se aprieta el botón para hacerla estallar. Pero creo que hubiera sido mejor no fabricar esa 'bomba'. O, al menos, como intencionado justificante para hacer detonar la propia bomba. En una sociedad mayoritariamente y concienzudamente apartada del conocimiento y la cultura, esa 'palabra de dios' es el más nefasto artilugio bélico jamás concebido por el ser in-humano. Hoy por hoy, las cosas están cambiando, afortunadamente. Y una gran parte de las personas pueden, otra cosa es que lo hagan, acceder al conocimiento, la cultura y la reveladora historia de este planeta, por tanto, si, aún así, nos dejamos controlar, manipular y dominar por esas 'supersticiones' de diseño ancestral, flaco favor nos hacemos a nosotros mismos y a la evolución humana, desde siempre truncada, trucada, por estos que dicen representar a Dios. No me extiendo más, solo quiero agradecer tus palabras, tu fidelidad a este blog, que algún día compensaré en el tuyo (Perdóname), y mandarte un gran abrazo de amigo.
Lore:
ResponderEliminarComo siempre tan certera e implicada con el ser humano. No tengo respuestas a tus preguntas, y, aunque sean preguntas retóricas, las conclusiones de esas no respuestas explican por si mismas la forma de no hacer labor social de esta curia romana.
Solo puedo sumarme a tu descontento, decepción e incredulidad ante esta forma de 'predicar' de los 'portavoces' de Dios. Pero sabes, ser cristiano es un ejercicio individual. Seguir las enseñanzas de Jesús implica inevitablemente renegar de su actual iglesia/as. El camino de un ser humano está ligado por honestidad, por solidaridad, por conciencia, por razones ajenas a esa curia de roma, con todos y cada uno del resto de seres humanos de este planeta. Dejemos que ladren desde sus púlpitos, dejemos que hagan sus turbios negocios con la inocencia y el miedo de los corazones sencillos, en sus pecados llevan la penitencia. Entre tanto, seamos, sencillamente, humanos.
Gracias, Lore, un fuerte abrazo.
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