Juan Sánchez/MZPress.
¿Pero vosotros estáis viendo el amasijo que nos endiñan a diario estos incompetentes? Que no hay mañana que no traten de acojonarnos con una marabunta de cifras económicas, a cual más delirante y ‘acongojante’. Y un servidor se pregunta qué narices nos importa a nosotros, la gran masa de pringaos de este país, esos laberientos que no entendemos. O esa montaña rusa, o austrohúngara, de garabatos retorcidos en la pizarra electrónica de la bolsa, o en la saca y la resaca de sus muertos en el parquet…
Nos han educado del modo equivocado. Nuestros abuelos la cagaron de la misa a la media. No dieron ni una a la hora de prepararnos para la vorágine diaria. Mejor nos hubieran adiestrado en el supremo arte de la guerra de guerrillas, en la reconfortante disciplina del guantazo en to los morros del tío jeta, el saludable garrotazo en el lomo del espabilao o un trabucazo a bocajarro en la trompa del miserable usurero. Pero no, nos enseñaron que se necesitan unos pocos duros cada día para llenar la barriga de los zagales, para que lleven unos alpargates medio decentes o podamos acceder a una hipoteca que nos esclaviza la existencia. Una filosofía de vida que se viene repitiendo desde el albor de la especulación y la sangría que unos pocos ejercen sobre la inmensa mayoría de borregos que poblamos este jodido mundo.
Nuestros abuelos nos inculcaron la venenosa idea de las clases sociales. Que unos pocos están arriba, y hay que tratar de imitarlos, tratar de ser como ellos, tratar de triunfar y ponernos a su altura, pero el resto, este gran rebaño de hormiguitas currantes, habrán de eslomarse vivas para pescar algo de pan y un piazo de embutido, en el mejor de los casos, y no rechistar ni una miajica siquiera, mientras aquellos privilegiados se dan la vida del rey de bastos -A base de ostiar a los borregos- y de la puta de oros –Cual ladina meretriz sumergida en leche de burr@s, nosotros- a costa del eslome de tantos y tantos gilipuertas: nuestros ancestros finados, y los que estamos a punto de espicharla, que dejaron su pellejo a las órdenes y el capricho de esos que entienden de números de alto copete, de finanzas de su puta madre y de tener muy poca vergüenza para re-contarla.
Pero la desvergüenza de nuestros mandatarios no conoce límites. Felación tras felación, no paran de ponérsela redura a los especuladores y su mafia. Desmantelan el estado y los escasos avances sociales para seguir alimentando la voracidad de los ‘mercados’. Insaciable la bestia del parquet especulativo, no hace asco alguno a tragarse el futuro, el dolor y la sangre de una nación en los puros despojos. Los políticos, maniatados, secuestrados por la amenaza del sistema financiero, atienden primorosos las demandas de la bestia sin reparar en que esa locomotora acabará por devorar el tren entero: ¡¡Más madera!!… decía Grouho Marx, en aquel insuperable film. ¡Más madera! Gritan los parquets rebufando la avaricia de los poderosos. Poder que se alimenta del miedo sembrado en las entrañas del currito. En la memoria del pueblo, eternamente ‘controlado’ a base de policía y ejércitos. A base de garrote vil y escarmiento sentencioso para seguir recolectando los frutos de ese histórico miedo…
¿Por cuánto tiempo se podrá alimentar ese miedo? ¿Cuánto dolor se necesita aún para que deje de doler el miedo? ¿Cuánto dinero necesitan aún esos lobos negros? Y esa puta prima del riesgo, ¿No tiene ya bastante escocio el culo del obrero? La cosa no está ni medio decidida. Un servidor lo ve cada día con más clarividencia. Este tren ya no se puede parar. La avaricia que lo nutre se ha vuelto bulímica. Su obesidad mórbida demanda una intervención urgente. Una cura de cirugía contundente. Una extirpación del tumor maligno que plaga nuestra sociedad. Quimioterapia, radioterapia, socio-terapia de raspado uterino y purga intestinal de esa célula cancerígena, sociópata, melanómana y endiosada llamada‘capital’.
En cuanto a las hipotecas ejecutadas y por ejecutar… leed:
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.” (Artículo 47 de la Constitución Española)
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Saludos para casi tod@s.
Que grato ha sido leerte...dices y comentas tantas verdades...que me alegra enormemente que en el pueblo español, hallan españoles que se den cuenta de lo que les rodea...pues aveces he pensado que viven en el limbo...y no me equivoco...el limbo creado por los medios fascistas y nionistas...en fin
ResponderEliminarHa sido grato estar por aca...
Abrazos caribeños.
India Rebelde:
ResponderEliminarDices verdades incontestables, este viejo pueblo español parece estar dormido, aletargado tras años y años de indolencia represión e indiferencia social, parece haber perdido su capacidad de reacción, de lucha ideológica y reclamar los derechos reconocidos por nuestra condición humana, no sé que pasa en esta España de hoy, parece estar menos presente que nunca... más extraviada que nunca, más indecisa que nunca... Se necesita sangre nueva, nueva savia que alimente un futuro más cierto que este negro presente... nuevos ideales, nuevas metas... más allá y a pesar de nosotros mismos...
Un fuerte abrazo, todo un placer tenerte por aquí.