“El mañana siempre es hoy”
Personal bagaje:
ambages de canela
y tormentas,
intransferibles,
in-volatilizables.
Amanecer en miel,
o en el desierto
de una luna con miedo,
o ese tranvía macilento
que, ciego de metileno,
que, ciego de metileno,
jamás descarrila.
Demencias del humo,
que no sanan la tez
del felino erra-mundos;
y deviene el mutar
la desinencia absurda
y juzgar la libertaria niñez.
Piel de vidrio arañado, opacidad
con memoria y mordaza,
lección de dudas;
ya resuena la artimaña
del querer, o no
querer, romper el alba.
Ambages, soliloquios
de una sola lágrima
por esa aurora extraña,
por esa tiniebla
que puntual regresa,
prisionera del sar-miento
y el cielo ensortijado.
Mañana, talvez mañana,
o el día menos pensado,
amanezca, o no;
pero el mañana
¡siempre será hoy!...
Piel de vidrio y alpaca,
inclemente en la deserción,
por una centella muda
que, intransferible, ida,
¡nunca ceja!
Juan Sánchez – 30-1-2012
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