Juan Sánchez. MZPress.
Sin lugar a dudas, en momentos de crisis, económica, emocional o personal, afloran a la superficie aquellas verdades maquilladas por la máscara con que ocultamos nuestra miseria. Es en tiempos de dolor interno y externo cuando se manifiesta la verdadera ‘pasta’ que nos conforma, dejando para la picota aquella engañosa imagen de pulcritud personal que tanto nos gusta publicitar.
La dureza de estos tiempos de ‘austeridad’ y desencanto en la calle y en las casas de cada buen vecino, nos está poniendo una cara de pocos amigos y de perenne amargura, aliñada con una avinagrada incredulidad hacia la restauración de aquellos vuelos grandilocuentes de hace escasos años. Cuando se ataban los perros, y las perras, con longaniza del calibre cero, entre inconscientes largadas de ‘sacapancismo’. La tabla rasa de esta crisis nos ha obligado a envainar la ‘herramienta’ del derroche entre la vergüenza de ser unos pelanas y mugrosos parias. Nos pasa cruda factura tanto derroche de irresponsabilidad, tanta ceguera ante lo evidente, tanto sorbete de fresa y menta con retrogusto a esta mierda presente...
Y estamos en Navidad, ‘we wish you a merry christmas’, we wish you ¡que te den por donde amargan los pepinos!, y eso. Navidad jubilosa, navidad silenciosa y dale a la zambomba, dale al almirez, que mañana es fiesta y al otro también. Y es tiempo de buen corazón, de hacer las paces los enemistados, del buen rollete y ensanche del corazón de hombres, y mujeres, de buena voluntad. Ya viene la vieja con el aguilando, le parece mucho, le viene quitando… jodía ‘vieja’…fun, fun, fun… No sé vosotros, lo que es un servidor, al igual que muchas, demasiadas familias de este chocho de la Loles llamado España, está pasando unas navidades de cuento de hadas, bastante cabronas por cierto. Ya te digo, amigo, te guardé un higo, pero como no has venido, me lo he comido. Y eso, y lo otro que me cayo por prudencia y responsabilidad social.
Y aquellos elementos triunfalistas rastrojeros, llamados politicuchos de medio peo, no sabrán jamás de la misa la media, ni lo cerca que anduvieron de ser carnaza en el cadalso del oficio, junto al otro, más antiguo del mundo. ¿Astutos? meapilas de partido, que hacen victoria personal del fracaso de sus rivales o meros críticos de su línea “ideológica” -me rulo, en serio, me rulo y me jiño en sus finados más frescos, ideológica, si, si- sin saber, o a sabiendas, que siempre perdemos los mismos: los ciudadanos.
Tiempo de recuperar a los amigos distanciados el resto de año. Aquellos que nos gastaron mil y una putadas, o se las gastamos nosotros, qué más da. Es navidad y todo se olvida, todo se perdona, todo se purifica entre turroncillos y melones escarchados con la hipocresía y la falta de moral de algunos listillos. Que me los imagino diciendo: no pasa na, no pasa na, qué va a pasar, luego llega la navidad y tan amigos. Y todo eso… noche de paz, noche de amor, perdónanos señor que no sabíamos a quien jodíamos. Y tan amigos, mucho más que antes, dame un abrazo amigo del alma mía, que esta navidad en calma borra mis pecados y tu memoria de tonto l´haba consagrado. ¡Tonto!, queres tonto y en tu casa no ties botijo. Y ‘adestes fideles’, amén.
Esta es nuestra sociedad, donde la traición y el dolor causado se enjabonan y aclaran con los villancicos y la zambomba mental de unas fiestas para mentir mucho más. Una sociedad donde el exterior lo disimula todo. Donde el escaparate hace ojitos en nuestro calado interno. Donde los mejores ‘actores’ sacan partido y la asaura a quienes se creen su retahíla. Que somos la inmensa mayoría. Y así está el patio. Una navidad descomunal para los más listillos –de listeza mamada en la desvergüenza-, mientras los menos listos, o sencillamente sencillos, sin dobleces, sin cadáveres en la cuneta de nuestro sendero, somos masacrados por una crisis descarnada y aniquiladora de la fe en el ser humano. La crisis que han dado en nombrar con tantos nombrajos como ideólogos tiene la avaricia de sus gestores, y que un resignado servidor solo atina a rebautizar como “La crisis de los sinvergüenzas” (Como todas) Y pasa la vida, pasa la navidad, y enero ¿qué ‘sorpresas’ nos traerá?
Feliz año 2012… si nos dejan… Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida…¡ya!
Duro tu escrito, si, pero tan real, que lo único que puedo decirte es que a mí me gustaría saber y poder escribir así, porque yo no quitaria ni una coma.
ResponderEliminarEstas fiestas son una mentira,un despilfarro y una hipocresía abismal, donde la gente viste sus mejores galas y hace alarde de lo que se han gastado en regalos y comida, seguramente, innecesarios.
Unas fiestas en las que hay miles y miles de personas durmiendo en la **** calle y pasando hambre,sin unas paredes y un techo donde resguardarse del frío y del agua y nieve en algunos lugares.Mientras...los demás comemos como animales y bebemos como cosacos para celebrar algo tan comercial. Navidad es igual a comer, beber y comprar hasta gastarse la ultima moneda. Es perdonar a aquellas personas a las que a los dos dias las pones verdes y las criticas. Que falsedad e hipocresia ,que invento mas material; y mientras, millones de personas muriendose de hambre y sin techo...
Un abrazo Juan, y ... ¿a esperar un año mejor????
Lore:
ResponderEliminarGracias por tu aportación, tu fidelidad y tu amistad. Espero y deseo que este año que está a punto de comenzar, traiga a los humanos la suficiente cordura, solidaridad y sentido común para que podamos reiniciar la andadura con algo más de esperanza.
Un cambio general comienza por pequeños pasos, personales, internos, sinceros y cercanos a nuestros seres más próximos, es una corriente de luz y sinceridad para con ellos y nosotros mismos, que hará imparable la evolución y el crecimiento de todos.
Te deseo desde el rincón más tierno de mi corazón, toda la felicidad del mundo.
Un beso y ¡¡feliz año nuevo!!.