Pesa…
Pesa la vida cual ironía,
como inmerecida mentira.
Cual rabo de lagartija, cercenado
por un zarpazo de ‘ecuanimidad’.
Los vuelos, el cielo, el velo
desgarrado, el minuto certero:
la espera comatosa, y burda,
la vida perra de esos perros.
Trajín de remeros sin nao,
de velas nuevas al pairo fatal.
Luto por el alba trasnochada,
voluntad que nunca amanece
entre tragos de ron y pañuelos.
Sinfonía de caprichoso metal,
mirada tierna que se impugna,
lechos cual ángel caído en si mismo.
Argonauta dudoso bebe del ombligo,
se rasca un poco para el camino
de piedras y navajas, Eros en reclusión.
Cantor que se aleja, mercurio aborrecido,
marcha tal como vino, vencido, ¡invicto!
Pesa el norte y el este, el tú, el yo,
pesa el viento empecinado, montaraz,
pesa el albor carmesí, ¡cuanto!
pesan las letras que callan…
Un grajo sordo crepuscular, extraño,
un gallo mudo y un rebuzno re-conocido.
Luces que agonizan incendiarias,
y un reflejo contenido, dentro del cristal,
se adueña del suspiro…'prohibido'.
Juan Sánchez – 2-6-2011
Pesan las letras que callas y las palabras, y los pensamientos que no puedes expresar...
ResponderEliminarUn abrazo.
Lore.
No me deja comentar de otra forma, lo siento.
Gracias Lore:
ResponderEliminarEs muy cierto eso que expresas. 'Eso' pesa incluso mucho más...demasiado.
Un abrazo.