martes, 30 de agosto de 2011

La cita















“La cita”
Cita la pasión púrpura
y no admite disculpa;
ni aquellas hojas batidas
por el tiempo y la no-vida.
Torrente áureo, amielado,
oquedad del cuore, colmada,
brasas que abrazan,
sonrisa de alma en llamas.
Un coro de voraces caricias
se adormecen imparables,
salmodiando maravillas, al verse.
¿Como resistir la llamarada?
Tal es la premura de par en par,
abrojos de destino que acaban
encogidos, ignorados, ¡resecos!
Dos cuerpos se funden
en la orilla de un mar en calma:
ella y él, él y ella, ¡que más da!
No importa le pequeña muerte,
avatar desalmado, ¡desarmado!
Dos cuerpos se abrazan
sin querer saber… de menudencias.
Y aquel sol cobarde, argentado,
huye en la lejanía que nunca será,
y ellos se anudan, aún más fuertes.
Dos náufragos de amor,
dos gaviotas perdidas
en esa niebla que muerde.
Son Ícaro esperanzado, ilusos,
sin saber del alba o la maldita “luz”.
Se desean con rabia, delirantes,
aferrados al madero que flota
en un mar de ignorancia y acaso.
Dos cuerpos se suman, al fin,
Ella y él, él y ella, ¡que más da!
                                Juan Sánchez – 30-8-2011

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