jueves, 2 de junio de 2011

SINFONÍA DE CAPRICHOSO METAL

                         Pesa…

Pesa la vida cual ironía,
como inmerecida mentira.
Cual rabo de lagartija, cercenado
por un zarpazo de ‘ecuanimidad’.
Los vuelos, el cielo, el velo
desgarrado, el minuto certero:
la espera comatosa, y burda,
la vida perra de esos perros.
Trajín de remeros sin nao,
de velas nuevas al pairo fatal.
Luto por el alba trasnochada,
voluntad que nunca amanece
entre tragos de ron y pañuelos.
Sinfonía de caprichoso metal,
mirada tierna que se impugna,
lechos cual ángel caído en si mismo.
Argonauta dudoso bebe del ombligo,
se rasca un poco para el camino
de piedras y navajas, Eros en reclusión.
Cantor que se aleja, mercurio aborrecido,
marcha tal como vino, vencido, ¡invicto!
Pesa el norte y el este, el tú, el yo,
pesa el viento empecinado, montaraz,
pesa el albor carmesí, ¡cuanto!
pesan las letras que callan…
Un grajo sordo crepuscular, extraño,
un gallo mudo y un rebuzno re-conocido.
Luces que agonizan incendiarias,
y un reflejo contenido, dentro del cristal,
se adueña del suspiro…'prohibido'.

                              Juan Sánchez – 2-6-2011


2 comentarios:

  1. Anónimo11:16

    Pesan las letras que callas y las palabras, y los pensamientos que no puedes expresar...

    Un abrazo.

    Lore.

    No me deja comentar de otra forma, lo siento.

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  2. Gracias Lore:
    Es muy cierto eso que expresas. 'Eso' pesa incluso mucho más...demasiado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Muchas gracias. JSP 3.0

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