jueves, 10 de marzo de 2011

Azur

- 'Azur' - Autor: Juan Sánchez -

Por qué gritas en mi corazón,
si, aquí, no piensas anidar.
Por qué me amas crepuscular
y desapareces, furtiva,
cuando arrecia el vacío,
cuando el aliento se ahoga
bajo esta áspera lluvia.
Por qué te vas,
y te adormeces entre la niebla
de ese estuario sin hollar.
Por qué te llamas lucero,
si traes la duda más recia,
la noche más puntual.
Por qué me reclamas certera,
por qué, si no piensas acudir 
a la siembra de cometas.
Me escribes sin palabras,
borrón de tachaduras;
y dices de perseverar,
sin ser de llama
o luciérnaga para aluzar-nos.
No sé, quizá te anhelo en vertical,
desearte, aún, deseo,  
y velo unas armas
que nunca sangrarán
en un velorio de memorias.
Aún estoy por el camino,
aún te creo entre centellas,
o en algún recodo del cierzo;
y sé de una niña bella
que dice de su (tu) espejo.
Por qué me llamas, y gritas
en este corazón perdido,
si no te dejas arropar.
Ni endulzar (indultar) mis ‘pecados’;
los pecados: dentelladas
en cada fugaz paramento.
Por qué me clavas
entre los no-vivos,
entre los ciegos más lejanos.
Dí, ¿puedes verme?
O, acaso, ¿te duele a naranja añil?
a una ola sin rompiente,
cacao imposible o acuoso cafetal.
Por qué gritas en mi corazón,
si cuando, ávido, te presiento,
no puedes (quieres) respirar.


-Azur-
                                                                                       
                                                                                Juan Sánchez – 11-3-2011

4 comentarios:

  1. La fotografía inunda al mirarla de paz. Me encanto leerte.

    Por qué gritas en mi corazón,
    si, allí, no quieres anidar…

    El corazón tiene razones que la razón no entiende.

    Un cordial saludo

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  2. Il quore, y qué sería de todos nosotros sin ese caprichoso músculo empeñado en contradecir a la razón...
    Saludos, Sneyder, gracias.

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  3. Anónimo2:05

    Buena poesía: "porqué sino te pertenezco estás en mí" (me recordó a esos versos). Excelente.

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  4. Así es, Garcibáñez, así suele ser. Queda una huella indeleble, que nos recuerda lo que pudo ser, pero nunca nos atrevimos... o, quizá, no supimos ver, allí, en el rincón más cálido del corazón.
    Saludos, gracias.

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Muchas gracias. JSP 3.0

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