sábado, 23 de octubre de 2010

Potaje de garbanzos negros



Estamos acostumbrados a nombrar al garbanzo negro como una rareza que desatornilla la normalidad: esa rasa cotidianidad del existir fuera de la aberración. Pero, en los tiempos que corren, hemos podido comprobar que las leyes de ‘Mendel’ estaban erradas de medio a medio, y que lo normal ha pasado a ser lo menos natural o lo más ‘anormal’. Y si de garbanzos negros estamos hablando, automáticamente se me va la pinza hacia esa escoria de ‘tipos’, tipejos, que harían amoratarse de vergüenza a sus congéneres. Aunque eso era antes. Ahora, le ponemos un ‘pisazo’ en la gran vía murciana y le nombramos ciudadano ‘Horríbilis- casual’ e hijo predilecto de nuestra ‘sacro-santa’, beatífica y muy pía comunidad huertana.
     La ciudad de Marbella, con su resonado escándalo de podredumbre institucional y folclórica, o la emergente diatriba sobre los trajes de pingüino del ‘Chiquet Valensiá’, se han quedado en zaragüeles floreados y como meros apuntes en este singular anecdotario en esa ‘tradicional’ plaga de corrupción institucional. Una gran ‘Olla Gitana’ elaborada únicamente con garbanzos morunos. Que, por otro lado, dan un ‘bouquet’ extraño, pero conocido, a este sabroso plato de la gastronomía regional. Imagino, que, para acompañar dicha exquisitez, habrá que ‘ligar’ un buen ajo-mortero a base de pringue de tío marrano, yerba-mala y muchos güevos de capón bandolero; todo ello puesto a macerar en el cargo de pública ocupación que corresponda a la ambición del caradura-comensal; aspirante a ‘muy ilustrísimo señor corrupto’.
Pero tranquilo ‘prenda’, tienes la gloria garantizada. Al menos en esta comunidad de pelotazos urbanísticos, montajes de efectos especiales, ‘in-decorados cinematográficos’ de cartón piedra y sacabarrigas bajo el refajo de la garantía gubernamental: “Pa que veas de lo que soy capaz, con mi esfuerzo y mi sudor, para entretener las arcas del ciudadano”.
¡Ole sus gurullos mondongueros! Menudo es el tío. Se lo ha currado a pulso -Es que sabe más que las ratas colorás- Y eso mismo digo yo: ¡ratas!, inmundas y sarnosas ratas de azarbe. Y vamos y los sacamos bajo palio, casi, por haber hocicado en la expresión más ruin y rastrera de la condición humana. Que no mundana. Pero ese es otro jardín, en el que no voy a entrar. (Ya tengo bastante con el presente, de momento).
En esta España de burbujas ladrilleras reventonas, sintéticas posturitas ante los medios, cotillas redomados/as y largas manos ensimismadas en la saca ajena, se hace materialmente inaplicable aquel dicho popular: “El hábito no hace al monje”. Baste pasear ante los morros de sus vecinos al volante de un ostentoso ‘Haiga’, o embutido en su relumbrante traje de chorizo oficial, para que los corrillos de marujas y marujos, ojo avizor y de retén de guardia, pregonen a los cuatro vientos las bonanzas y virtudes del interfecto/a, que tira de billetes como quién se atiborra a tostones, inopinadamente, en la feria de septiembre murciana.
Y así está el tema en todas las comunidades de esta piel de toro, hecha jirones, antes conocida como España. La corrupción ha calado de tal modo en el tejido social, que, lejos de ser repudiada, se acepta como un mal menor o una pícara travesura enraizada en la subcultura de nuestra nación. Un mal connatural a la gestión política, que, a base de ser nombrado como un chascarrillo jocoso e intrascendente, ha generado una insensibilidad enfermiza, dejando, incomprensiblemente, de irritar a la opinión pública históricamente amordazada por el yugo de un poder de señoritos, déspotas o salvapatrias, que hicieron del pueblo un amasijo de bocas sin pan, sin voz; tan dóciles, maleables y sumisos como interesó a sus avispados mandatarios.
     Y aunque parezca que las cosas hayan cambiado, seguimos mirando a los poderosos con la misma sumisión, servilismo y envidia que generaron en nuestros abuelos patrios. Pero, por contra, depositamos ciertas esperanzas de ‘limpieza social’ en unos servicios de investigación judicial que se ven desbordados por tantas causas ‘eternas’ contra algún podrido listillo, que campa impune y jactancioso por esta roída nación. Los jueces y los juzgados se ven impotentes e inoperantes bajo esta descomunal avalancha de casos por esclarecer y tramas que desmantelar. El proceso de enjuiciamiento de los presuntos corruptos se alarga de manera tan surrealista, que ve diluida la atención de los escasos medios ‘libres’; y la vox pópulis, firmemente escarmentada, mira con recelo hacia las ‘alturas’, como dudando de la eficacia última de la justicia.
     En una comunidad como Murcia, donde la mitad de sus ayuntamientos están siendo investigados por presuntas irregularidades, no es de extrañar que las pesquisas se eternicen de tal modo, que de tiempo a esos hábiles tramoyistas a poner pies en polvorosa o reorganizar sus ‘decorados’, para dejar insustancial la presunta podredumbre administrativa. Si a eso le sumamos que dichos presuntos asaltatrenes, disponen de todo el capital público que se les antoja para financiar su defensa judicial con los mejores ‘letrados’, apaga y vámonos al bar de la esquina a ver el fútbol, que los políticos son así de sinvergüenzas de toda la vida…
Y así queda la cosa: ¡Igual de turbia que siempre! Potaje de sombríos garbanzos para el resto de nuestra vida. ¡Ummm! Rico, rico, rico… pues eso mismo.

Juan Sánchez – 21-10-2010

10 comentarios:

  1. Le preguntaron a José de 10 años, ¿qué quieres ser cuando seas grande?
    José lo pensó y contestó:
    - Político.
    Y le preguntaron, ¿por qué?
    Raudamente contestó, porque eso lo tenía muy claro, lo veía en los noticieros que miraba con su padre todos los días mientras cenaban:
    - Porque tendré trabajo asegurado y no haré nada aunque el país se nos caiga encima o en realidad haré algo, engañaré a la gente haciéndoles creer que si hago, salario toda la vida y del bueno, viviré "echao'pa'trás" porque nunca me faltará nada, vestiré los mejores trajes, comeré en los mejores restaurantes y quien pagará será "JuanPueblo", si meto la pata, no pasa nada, porque algún otro político amigo me salvará el pellejo y cuando me jubile tendré una buena pensión, no como Doña María o Don José que no tienen ni pa' comer y llegan a fin de mes comiendo arroz y fideos....en fin...que este es un niño que tiene claro su porvenir..y este puede ser un niño español, o de otro país...porque lamentablemente...hay políticos corruptos en todos lados...y hay tontos que se dejan convencer y los votan...me ha gustado tu artículo y la analogía con los garbanzos y eso que a mi los garbanzos no me gustan...besos Juan

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  2. Claro que si, Marita, claro que si. Vivimos en un mundo donde prima el maldito parné por encima de cualquier otra consideración. Eso se ve reflejado en todas nuestras acciones cotidianas, y no es de extrañar que tu comentario sea lo más cercano a la realidad, desgraciadamente. Esta crisis de valores humanos nos está llevando a la hecatombe social, o hacemos algo por cambiar toda esta porquería, o el ser humano, como tal, tiene los días muy contados. Gracias por tu comentario.
    Besos.

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  3. El campesino15:16

    No cansaros, no cansaros. El dinero es mu goloso. Y, una vez que se ha probado la mieles del pancismo, es casi imposible desengancharte de sus caros vicios. Además, se crea un hábito de consumo de un nivelazo de aquí te espero comiendo un mero, y no se pueden, o no les dejan, desenganchar de ese vagón de first-class. O, es que pensáis que sus seres cercanos les van a consentir mermar sus 'asignaciones' y volver a sus míseras vidas anteriores. Las cosas tienen sus 'peros' y sus 'por qués'. Pobrecillos, ellos, que no saben decir que no a los caprichitos de sus 'nenes'. Venga, en serio, dejad tranquilos a los pobres degraciaditos para que puedan seguir con su ostentoso tren de vida a costa del riñón del ciudadano. ¿Qué más nos da?
    Salud camaradas.

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  4. Me encantó tu entrada.
    Dicen que la ironia es buenisima para la mala leche y eso es lo que me llena el alma cuando veo que esos tipos campan a sus anchas y los "sufridos" carne de cañon del pueblo...cuando nos llega la hora de sacar a gorrazo o patadas en el culo a esa gentuza...vamos y le damos las mayorias absolutas en las elecciones para que sigan robando a manos llenas.
    Somos lo que no hay. Y despues...
    siempre protestamos y protestamos pero nunca hacemos que este país nuestro...levante la cabeza y avance.

    Saludos

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  5. Siempre el mar:

    La ironía, como válvula de escape de la mala leche, solo es un alivio momentáneo. Tarde o temprano, la realidad nos alcanza y entonces no quedan más cáscaras que afrontarla en toda su dimensión. Esa dimensión social, no es otra que la miseria que se nos viene encima si no somos capaces de cambiar las cosas. Nosotros, los ciudadanos, con nuestro voto, con nuestra consciencia social puesta al día, y con las consecuencias que se derivan del ejercicio de nuestros derechos y deberes de ciudadanía. 'Un hombre, un voto'. Si, pero con toda su carga de ¡responsabilidad!
    Saludos.

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  6. Anónimo8:54

    pues es bastante lejano tu trabajo,digo por la fecha,interesante,conclusión...el caos o la nada o yo,martirio al que se somete a trabajar 40 horas x día,para mantener una casa,una vida...y en verdad están perdiendo sus VIDAS, no es novedoso este comportamiento social de castas,donde el dinero,el money es el rey..."la coima, la cuña,la cama"
    decía Marta Lynch,un escritora de los 60...y todo sigue igual nada camabia,mi amigo,nada
    te saludo y como seguidor date una vueltita
    lidia-la escriba

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  7. Lidia:

    Marta Lynch llevaba razón en parte. Es cierto que nunca cambia nada, si no ponemos el empeño y el esfuerzo necesario para hacerlo cambiar. Las instituciones , esos inventos sociales que habrían de facilitar la convivencia, se embozan en su propia mecanización e inercia rutinaria y dejan de tener la 'frescura' necesaria para auto-regenerarse, renovarse, "asearse" y reinventarse a si mismas. Hemos de ser nosotros, los ciudadanos de a pie, quienes demos un pequeño tirón de orejas a la institución pública para que se ponga las pilas actualizadas y retome su linea de servicio al ciudadano. Como alguien dijera alguna vez: 'Una pequeña revolución, de cuando en cuando, es necesaria y, por otro lado, inevitable para una buena salud del sistema...
    Me paso a verte por to blog.
    Besos.

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  8. Anónimo0:24

    interesante tu respuesta!no veo el como-siempre es el como-somos una sociedad,repleta,depersonas,que en el colectivo social,demuestran que "su" realidad, está compuesta de bienes materiales y exigencias en vano...comprendo y muy bien,lo que me queres decir...las instituciones son nuestras, ya que sin nostros,no existen, y es verdad que hay que sacudir el "polvo" de sus dirigentes...hoy murió el marido de la jefa de estado,señor con el cual no compartía mucho,que digamos...pero en este día raro,me pregunto y ahora?...el peronismo es un montón de gente que va y viene,hacia donde sople el viento y no tienen ni siquiera piedad por nadie...SOLO NECESITAN EL PODER a como de lugar...te agradezco la respuesta
    un abrazo gracias
    lidia-la escriba hoy en un día raro

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  9. Anónimo21:34

    buenas noches...no soles escribir seguido,faltan tus palabras,en este blog...sabes, me alegra haberte "conocido" en mitad del ciberespacio, que es tan complejo,pero tan...
    un abrazo
    lidia-la escriba

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  10. Lidia:
    Mil gracias por tu participación y tus buenos sentimientos. Siempre es un soplo de aire fresco encontrar buena gente en la red. Un mundo complejo, tanto como cada ser humano que deambula por aquí, pero que dejan en este mismo espacio cibernético, una cálida huella imborrable de su existir.
    Besos.

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Muchas gracias. JSP 3.0

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