“La zarza ardiente”
Se hunden los techos
Del trémulo cielo,
Mientras los vivos
Copulan con los muertos.
Incontinencia de lobos,
Que afilan sus colmillos
En el atardecer más negro.
Eco del eco silenciado,
Ahumado por el incienso
Del atardecer más negro.
Mancebía entre las nubes
A galope de lascivas escobas;
Llueven carcajadas salobreñas
Desde los cielos caídos.
El valle se derrumba inmenso
Por los alaridos vencidos,
Y un águila bicéfala, secreta,
Y, al remate, desplumada,
Se cercena una de sus testas.
Los muertos conciben hijos,
Que han de traer el hielo
Para apagar las zarzas
De aquel monte del desierto.
Y hablarán los áureos becerros
Desde los prados longevos:
“Mirad que en verdad os digo,
Mirad que en verdad, ¡os quiero!”
J.S.P - 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias. JSP 3.0