viernes, 12 de junio de 2009

"Huida a ninguna parte II"

"Tintín, el Capitan y Milú en la luna"


“Huída a ninguna parte II”

06-01-2018 / 4.00 AM:

…Cuatro descomunales cohetes ‘Titán 4C’ impulsaban la astronave como una manada de elefantes barritando en estampida. Se serviría de ellos hasta alcanzar la exosfera y sería en ese preciso momento, una vez rebasado el límite de influencia de la gravedad terrestre, cuando, de forma escalonada, se iniciarían el resto de los cohetes, hasta un número de doce, que completaban el fabuloso tren de propulsión convencional de la nave.

Desde ese punto, y alcanzada una milésima parte (300 Kilómetros por segundo) de la velocidad de la luz, se pondrían en funcionamiento los dos reactores de fusión de antimateria: lo más impensable hacía solo unos pocos años. La reacción sería tan energética como un pequeño Big-Bang (La explosión primigenia que según la astrofísica dio origen al universo conocido). Con esa descomunal potencia, la lanzadera iría acelerando de forma paulatina hasta llegar a desplazarse a 1,2 veces la velocidad luz (Esa era la teoría, que aún estaba por constatar). Pero esa maniobra tardaría varios días en ser completada. Mientras tanto, se realizarían los cálculos de navegación y sus posibles desviaciones euclídeas ínter-dimensionales. Unas ecuaciones demasiado complejas y azarosas para ser resueltas por un ser humano; y para ello se contaba con el mayor y más evolucionado de los sistemas informáticos de la tierra: una Tera-ordenador de aplicaciones y desarrollos en software caótico-cuántico, que superaba en calidad y agilidad la facultad humana de razonamiento. Sin tener en consideración que guardaba en su memoria todo el conocimiento y toda la información recopilada por la humanidad a lo largo de la vasta historia conocida. Él era la verdadera Arca de Noé de la misión ‘Ómicron’. Su capacidad de almacenamiento era, en principio, ilimitada. Él era Internet 3.0, en sí mismo. Un ser auto-evolucionado y auto-gobernado. Era ‘NEO’ (En Inglés: Neuronal Electronic Organism). El primero de una raza de semidioses (ONE, en español).

Una vez conseguida esa velocidad de ciencia ficción (1’2 C)*, todo empezaría a cambiar alrededor de la astronave, pero no dentro de ella. Se iniciaría una fase primordial para ‘Plegar el espacio’. Todo el universo se volvería extremadamente denso, a la par que difuso y etéreo. Las moléculas, los átomos, las partículas elementales y demás componentes de la materia se condensarían tanto que las distancias entre ellas se harían infinitas, permitiendo, de ese modo, que la nave estelar penetrase a través de ellas, como lo haría un cuchillo al rojo vivo atravesando una barra de mantequilla fundente. Se deslizaría por el universo cruzando eones de espacio-tiempo en un solo milisegundo (Otra teoría). De ahí, el nombre de la nave: ‘Ícarus’. Pero en este caso Ícaro no se quemaría al acercarse al sol, sino que pasaría a través de él, como traspasando una fantasmal cortina de luz iridiscente…

Julius despertó lentamente del desvanecimiento producido por la extrema aceleración del despegue. Aturdido aún por los efectos del desmayo, se incorporó sobre su asiento en la cabina de control y se puso manos a la obra. Como ingeniero y comandante en jefe de la misión, su deber era coordinar todos los pasos a ejecutar por la tripulación, el equipo de navegación, de impulsión y los responsables de la hibernación de todos los pasajeros. Contaba para ello, con la inestimable ayuda de NEO, programado desde su creación para supervisar los sistemas de sustentación de vida durante la travesía interestelar. Neo era como un niño deseoso de aprender, analizar y comprender todo lo que observaba. Su anhelo de sabiduría se había convertido en una especie de droga vital para este sistema informático.

La directriz primordial del ordenador era, por encima de los demás programas instalados en él, la salvaguarda de las personas de la nave. Neo nunca permitiría que por acción u omisión de acción, se dañase una vida humana. Y Julius lo sabía perfectamente. El programador y analista de sistemas había seguido, rigurosamente, los parámetros de desarrollo de la conciencia ética del ordenador, basándose en una amalgama entre las diferentes corrientes vanguardistas de pensamiento humano, complementadas con enseñanzas al más puro estilo de la filosofía clásica universal, sobre todo la línea de pensamiento oriental Zen; muy apropiada para su largo periplo en soledad hacia las estrellas. Pero Neo, había evolucionado a partir de su programación inicial, y ahora, una vez adquirida consciencia de su propia existencia y teniendo una noción clara de sus posibilidades operativas, se regía por una ética suprahumana: .

- Buenos días Neo – Dijo Julius, utilizando su voz como clave de acceso al sistema informático - Me alegro de hablar contigo. ¿Podemos iniciar la secuencia programada para el viaje?

- Buenos días doctor. Todos los sistemas operativos y en perfecto funcionamiento. – Respondieron las palabras sintéticas del ordenador – Estaba deseoso de volver a trabajar con usted. ¿Está usted bien? La telemetría WIFI indica una ligera arritmia cardiaca…

- No te preocupes, no es nada, solo un efecto residual de la prolongada aceleración 4G. ¿Podemos iniciar el protocolo de navegación? – Insistió el científico.

- Lo siento doctor. Ya sabe que me preocupa su salud, ante todo. Cuando usted diga arrancamos la secuencia. Todo está preparado para el salto ínter-dimensional. Todos los sistemas funcionando al cien por cien. Rendimiento de los reactores según progreso programado, soportes vitales óptimos, protocolo de hibernación iniciado, los tripulantes y pasajeros están ocupando sus sarcófagos para el híper-sueño. El proyecto de navegación tardará 23 horas estándar en ser configurado… Una pregunta doctor: ¿Debo hibernar igualmente a las autoridades políticas y sus escuadrones de seguridad?.......

*(C) – Velocidad Luz = 300.000 Km. X Segundo.

Continuará...

J.S.P - 12-6-2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias. JSP 3.0

NOTAS

The End.. "Pincha el enlace"